viernes, 6 de noviembre de 2009

Lunes

Esta ciudad con su cáfila de ruidos,
sucumbe en el asfalto.

Esta ciudad hipocondríaca,
unta, a mano alzada, perros en celo,
que ladran en las alcantarillas.

Esta ciudad poblada de fantasmas,
enamoradiza y sola,
reserva una alfombra verde
en la que te leo,
hoja por hora,
hasta secarme
y crepitar.