viernes, 19 de noviembre de 2010

Preludio

No hay porqué darse a la fuga.
Termino mi trenza,
silbo, una y otra vez.

Todo lo que quiero se asoma hoy
en un sueño o una canción estúpida

Filibusteros, corsarios y snobs
navegarán en súplica de botín.

Y tantos bancos en las plazas
¿para qué? Si no podemos
elegir con quién sentarnos.

1 comentario:

Miguel Ángel Maya dijo...

...No te des a la fuga, y si lo haces avísame ;-)...
...Como siempre, un placer leerte...