viernes, 17 de septiembre de 2010

África suya

A las seis y media comienza, para mí, la tarde.

Cazadora de palabras mosqueantes

revientan a la hora del té

y esas manchas no salen.

¡Salvaje, no vuelvas!

Mi silueta, al igual que estas tierras,

duerme al costado del vacío.

Alguna vez, sí, habrán congeniado.

Es una gran selva el amor,

erosiona grietas y estrías

y suaviza al león.

¡Salvaje, no vuelvas!

de mi pollera, al igual que esas cebras,

te acordarás a la hora del té.

(De mi pollera, al igual que esas cebras,

¿te acordarás a la hora del té?)

3 comentarios:

Lejo dijo...

Fué algo así como divagar 5 minutos en tu fantasía¡
bella...
bso y me a-Lejo =)

Marina dijo...

Los salvajes, mejor lejos... cómo me gusta Klimt!
Y también este delirio de rayas a las seis.
Un abrazo.

Lucio L. Madariaga dijo...

"Mi silueta, al igual que estas tierras, duerme al costado del vacío."
!
Saludos.